¿Lobo está?...Grasas y huevos
La visión ortodoxa recomienda que los adultos obtengan del 45 a 65 por ciento de sus calorías a través de carbohidratos, 20-35 por ciento de grasa, y el 10-35 por ciento de proteínas: garantiza un incremento del riesgo de enfermedad. La mayoría de las personas necesitan entre 50 y 85 por ciento de sus calorías provenientes de grasas. La verdad es que las grasas saturadas de origen animal y vegetal proporcionan los bloques de construcción de las membranas celulares y una variedad de hormonas y sustancias similares a las hormonas, sin ellas el cuerpo no puede funcionar de manera óptima.
Las grasas también sirven como transportadoras de vitaminas A, D y K solubles en grasa y son necesarias para la conversión de caroteno en vitamina A, absorción de minerales, y una serie de otros importantes procesos biológicos. La grasa saturada es también el combustible preferido para el corazón.
Parrafo aparte: los huevos: los estudios han demostrado que los huevos no tienen un impacto negativo en los niveles de colesterol. Elija huevos orgánicos de gallinas de pastoreo “huevos de campo”. Entre más se alimente como lo hacían nuestros antepasados, mejor: alimentos enteros y frescos, cultivados localmente y sosteniblemente, mínimamente procesados o sin procesar. Nuestros genes y la bioquímica se adaptan a estos tipos de alimentos y le proporcionaran la capacidad para revertir y prevenir enfermedades.